DOS NAVIDADES
Para Monica
Llueve demoradamente em lãs últimas tardes del año.
Llueve doloridamente em los corazones divididos.
Y llueve aquí como ha llovido en Cartago;
apenas acá, no hay conciencia de la História,
ni conciencia: de ceniza la metrópolis.
Para mi está lloviendo en cada lugar que he conocido
y amado.
Llueve sobre viejos techos familiares,
sobre pomares abandonados en Sarandí de Arapey,
sobre la memoria que guardo de tantas infancias.
Mis pequeños hijos jugando en la playa de Leblon
¡ PLENO DE SOL Y DE ALEGRÍA !
En el presente de entonces, había futuro,
que nos parecia tan claro...
De Claridad, Clariña,
de la admiración por Romain Rolland y su obra,
el pequeño ciudadano brasilero, Roland.
Encerrando sana decendencia,
la niña del violoncelo,
que, con su música y su madre,
viajó sobre nocturno oceano.
Y dos navidades de invierno
- también para nosotros –
son pasados.